
Las aulas del posgrado de ortodoncia, son sagradas, principalmente para el ortodoncista en formación y para el profesional. Lo que ahí aprendemos nos inspira, nos forma y nos da herramientas para llevar a nuestra querida especialidad al siguiente nivel.
Sin embargo, al menos puedo decir que en México, la pseudociencia y los dogmas han podido crecer cual hiedra en la pared, metiéndose en las aulas y en las mentes en formación. Si bien la Ortodoncia Basada en Evidencia ya no es nada nueva, aun tiene mucha hiedra que cortar en las aulas de los posgrados, lo cual lamento decir que a veces no es bien visto. Muchos hacemos nuestra parte, a veces con ruido, a veces no.
Sin embargo, para aquellos profesores y alumnos interesados, aquellos rebeldes, aquellos que no encajan en el molde cuadrado de los dogmas, les dejamos nuestras siguientes recomendaciones:
1. Fomentemos el pensamiento crítico
- Más preguntas que respuestas: Promover que los estudiantes cuestionen protocolos, técnicas y decisiones clínicas.
- Casos clínicos abiertos: Presentar casos sin una única “respuesta correcta”, donde se puedan explorar múltiples alternativas.
- Desmitificar la autoridad: Dejar claro que ni el docente, ni los “gurús” del campo tienen la verdad absoluta.
2. Integremos la evidencia científica constantemente
- Lectura crítica de artículos: Incluir sesiones donde se evalúe la calidad de la evidencia, no solo sus resultados.
- Actualizaciones periódicas: Mantener el programa alineado con las guías clínicas y revisiones sistemáticas más recientes.
- Discusión de controversias: Enfrentar temas donde no hay consenso, analizando ambos lados desde la evidencia disponible.
3. Cambiemos la figura del docente
- Facilitador vs. dictador: El profesor debe actuar como guía que orienta el aprendizaje, no como fuente única de verdad.
- Humildad académica: Reconocer cuando algo ha cambiado o cuando la evidencia contradice lo que antes se enseñaba.
- Mentoría basada en evidencia: Supervisar tratamientos y decisiones clínicas cuestionando el “por qué” detrás de cada una.
4. Incluir metodología de la investigación en el currículo
- Enseñar cómo buscar, leer y aplicar evidencia científica.
- Involucrar a los residentes en proyectos de investigación clínica.
- Motivar la publicación y difusión del conocimiento generado por los mismos estudiantes.
5. Crear una cultura institucional abierta
- Promover espacios de debate sin miedo al desacuerdo.
- Invitar docentes de otras escuelas o países con diferentes perspectivas.
- Abrir la puerta a la revisión y mejora constante del programa académico.
Recordemos muy claro esto, los jovenes estudiantes no necesitan la seguridad de los dogmas, necesitan la duda que crean las evidencias.