Y érase que se era, que los ortodoncistas dejamos de buscar ciencia para refugiarnos en un culto a la aparatología. No lo tomen a mal mis queridos lectores, pero ese es mi sentir, y no de estos días, sino de muchos años atrás, al decir aparatología por supuesto que me refiero a un bracket. Hacemos a un lado cualquier investigación y/o evidencia que se atreva a ir en contra de nuestra postura filosófica y solo admitimos aquellas que favorecen nuestra manera de “creer-que-las-cosas-funcionan“. Cada día es más común que los ortodoncistas nos volvamos miembros de algún “culto” de ortodoncia, buscando probablemente la respuesta a nuestros problemas clínicos, a nuestras carencias clínicas y académicas o simplemente por que muy en el fondo buscamos figuras de “autoridad” que nos digan para donde es el camino.
¿Qué te pasa Orthohacker? ¡No insultes!
Pues no, no creo que sea un insulto. Y te explicare, desde hace muchos años es una práctica más común el desarrollo de una nueva aparatología en ortodoncia. Usualmente es así, una compañía busca a un ortodoncista líder, lo invita a la empresa, le hacen un bracket, desarrollan una “filosofía”, hacen el folleto de venta y ¡PUM! habemus ortodoncia. Después se hace el libro, los cursos de “certificación”, los in-office, etc. La receta secreta para hacer un sistema de ortodoncia es todo menos secreta, las empresas las manejan con maestría, y nosotros caemos cuales niños en dulcería.
¡Bájale dos rayitas Orthohacker!, si una empresa pone dinero y patrocina lo más seguro es que es bueno
Seguro estoy que lo mismo han de decir algunos médicos de las empresas farmacológicas, y pues no, no todas los fármacos que salen al mercado salen con suficientes pruebas de su eficacia. Debemos aterrizar bien nuestras “pasiones”, ¿cómo podemos confiar en productos cuyas únicas investigaciones son o hechas por la misma empresa (conflicto de interés) o dichas por sus voceros oficiales (conflicto de interés también)?. Las empresas a final de cuenta tienen que desquitar el dinero que han invertido en un producto o en una persona, y tienen una meta solamente: vender (vender, vender) Nosotros tenemos otra meta: el paciente (el paciente, el paciente). Los dos llevamos el pan a nuestra mesa para comer, simplemente la empresa lleva el pan a la mesa vendiéndonos material, y nosotros llevamos el pan a la mesa haciendo lo mejor que podemos hacer por un paciente.
¡Ya vas a empezar a hablar de lo mismo Orthohacker! ¿Qué tiene que ver un culto aquí?
Fácil, el culto se forma entre la empresa que vende el producto y los ortodoncistas, donde cuales ewoks adorando a C3PO, nos reunimos a alabar las experiencias anecdóticas que nos presentan. Sin cuestionar, sin criticar, sin pensar, solo consumir. Y parece algo similar a un culto, por que ortodoncista que entra, ortodoncista que repite todo el “jaber-jaber” que escucho, no lo cuestiona, no lo critica, no lo piensa. Y supongo que tenemos un arsenal de argumentos para hacer eso, “¿por qué voy a cuestionar lo que dice una autoridad?”.
¿Me estas diciendo que deje de seguir técnicas y filosofías en ortodoncia?
No, tampoco es eso. Te estoy diciendo que pienses. Siempre lo he dicho aquí en Orthohacker, le debemos mucho a las técnicas y sistemas, los avances tecnológicos que ha tenido la ortodoncia van de la mano de muchas empresas, las cuales invierten dinero para producir productos de calidad para nosotros. Sin embargo una cosa es ser agradecido y otra es tragarse todo sin tener un poco que esceptisismo.
¿Me estas diciendo que deje de tomar curso de actualización de sistemas y filosofías?
No estoy diciendo eso, de hecho toma todos los cursos que quieras, todos los cursos que puedas, no importa que sean de “filosofías” diferentes entre ellos, todos los cursos que tu dinero te alcance para pagar. Honestamente, ve a todos los que puedas. No tiene nada de malo. Lo malo es que no compares la información que te dan, con la información publicada en los journals, la información independiente que no depende de una empresa. De los cursos (independientes y patrocinados por empresas) se puede aprender demasiado, es mi opinión, pero se aprende mucho más cuando comparas lo aprendido con las evidencias. Y es ahí cuando puedes desechar mucha “información sesgada” que no te sirve de nada, solo sirve para que volverte dependiente de algo o de alguien.
¿Y si a mi me gusta no se, un tipo de bracket, de una filosofía o sistema? ¿Qué puedo hacer?
Síguelo usando, si puedes trabajar bien con eso, adelante, me tiene muy sin cuidado si es un bracket de cero grados o es un H4 o Damon Q, al final el verdadero protagonista eres tu, tus conocimientos, tus experiencias (exacto eso que yo llamo experiencias anecdóticas), todo tu baggage ortodóntico, tus errores, tus aciertos, tu manera de poder criticar lo que tu haces (cualquier baboso critica el trabajo de los demás, criticar lo que uno hace ese es el verdadero reto). ¿El bracket?, ¿la filosofía?… bueno son solo herramientas, y serán buenas, si tu eres bueno. Si eres malo, créeme, aunque compres el bracket más caro en el mercado, aun así no se te va a quitar lo malo, vas a seguir haciéndolo, solo que con un material de mejor marca.
¿Qué puedo hacer para no caer en un culto?
Fácil, recuerda que eres un ortodoncista, así que primero fuiste odontólogo, lo cual significa que perteneces al área de la salud, lo cual da a entender que estudiaste una ciencia aplicada. Nosotros somos científicos clínicos, no artistas ni babosadas por el estilo, en cada uno de nosotros existe una orientación que nos llevo a una ciencia aplicada, en pocas palabras, en cada uno de nosotros radica un científico que pregunta “¿cómo?, ¿por qué?, ¿para qué?”. No tiene nada de malo preguntar, sino lo quieras hacer en el curso que tomaste, hazlo cuando llegues a tu casa, aprende a buscar respuestas, no a pedirlas.
¡Hey Orthohacker! Yo te he visto en fotos con speakers de técnicas y sistemas y haz dicho que varios de ellos son o conocidos o amigos tuyos ¿qué dices al respecto?
Tienes toda la razón, muchos amigos y conocidos míos son speakers de empresas, es más me llevo con varios gerentes y líderes de ellas, y puedo hablar de varias cosas con ellos, puedo pasármela muy bien con ellos. Existen cosas en que pensamos igual, y otras simplemente no. He aprendido mucho de muchas personas que se manejan en el “circuito-de-speakers-de-ortodoncia”, algunos no solo se han ganado mi amistad, sino también mi respeto, no solo como profesionales, sino también como personas. Sin embargo todo eso no nubla mi criterio, ni mi pensar. Puedo sentirme muy agusto de hablar de cualquier empresa sin tener que cambiar mi opinión sobre tal o cual tema. Podría incluso llenar la barra lateral de la página de Orthohacker de anuncios de empresas, de eventos, de cursos, etc, y eso no cambiaría mi forma de pensar, ni mi criterio para preferir evidencias sobre cualquier información sesgada.
¿Qué voy a hacer?
Haré lo que predico, ire a todos los eventos que pueda, tomaré los cursos de actualización que pueda, los in-office que pueda, dejaré hablar a cualquier conferencista, atenderé y daré mi tiempo para escuchar cualquier argumento (vaya haciendo a un lado los dignos de ciencia ficción y pseudo-ciencia), leeré todos los libros y artículos que pueda. Sin embargo tarde o temprano tendré que cotejar todo eso, con las evidencias, y ellas me ayudaran a filtrar la información, cual vale la pena, cual no, a cual darle prioridad y a cual no. No seguiré a ningún líder de forma ciega y cual miembro de un culto. ¿Será un camino fácil? No, no lo es, ¿será un camino desolado? Si, si lo es. ¿Soy el único? Por supuesto que no, se que somos muchos (más de los que yo creo), y algunos de ellos son lectores de mi sitio, Orthohacker.
En Ortodoncia Basada en Evidencia, el Dr. Daniel Segovia y yo, tratamos de hacer una diferencia, tratamos de reducir la distancia entre el ortodoncista y la evidencia, entre la clínica y la ciencia. Y dejar en claro que los ortodoncista no necesitamos cultos de adoración, solo necesitamos hechos. Aquí no hay dragones.