El escenario es más que clásico, empiezas o estás a punto de terminar un tratamiento y de repente sin ningún aviso el paciente deja de ir al consultorio. No solo deja de ir, además no responden tus llamadas, y menos se comunican por email o por el facebook. Simplemente desaparecen, see ya later alligator. No hay manera de contactarlos y quedas literalmente como novia de pueblo, vestida y alboratada (en el caso de nosotros los caballeros es vestido y alborotado). Los llamamos “los pacientes perdidos”.

¿Qué paso?, ¿que voy a hacer ahora?, ¿cuando regresara?, ¿algo no le pareció y decidió ya no regresar?… miles de preguntas pasan por tu cabeza, y ninguna de ellas traera al paciente de vuelta. Usualmente el asunto puede tener diferentes variantes, desde que el paciente tuvo un verdadero problema grave el cual lo hizo desaparecer del planeta, o al menos de tu país, y otros ejemplos, pero honestamente el más popular es cuando el paciente decide desaparecer por que no tiene dinero para pagar el tratamiento. 

Atención, no quiero que lo tomen personal, estamos hablando de pacientes que ellos y sus familias simplemente ya no los podemos localizar, no estamos hablando de cuando el paciente cancela solo una o dos citas, estamos hablando cuando mínimo no sabemos nada de ellos en 3 meses. Estos pacientes pueden causarte grandes problemas, mira nada más:

1.- Afectan la economía de tu consulta, debido a que tu contabas con los pagos mensuales de dicha persona. Invertiste tiempo en diagnóstico, plan de tratamiento, y probablemente les falte mucho para poder liquidar el tratamiento.

2.- Afectan tu reputación, es clásico que muchos de estos pacientes, vayan y busquen a alguien que les cobre mil veces más barato (usualmente recién egresados) y la razón que les dan a ellos de por que ya no asisten con su doctor original es por que los trataba mal, o por que no están de acuerdo con el tratamiento, pero aclaran al doctor novato que ya terminaron de pagar, y no piensan ya gastar mucho.

Bueno, y que ¿hacer con los pacientes perdidos?, al paciente desde que acepta entrar al tratamiento, le debemos explicar que no debe de ausentarse durante el tiempo que dure el tratamiento, ahí puedes sentarte a platicar con ellos sobre las desventajas y consecuencias en el tratamiento si el paciente decide perderse “por unos meses”. La manera en como afecta esto en las mecánicas del tratamiento, en el resultado del tratamiento, y en la salud del paciente.

Cuando un paciente perdido regresa (digamos después de 9 meses), se habla con el y se le explica que en su contrato del tratamiento, viene un apartado que dice que si deja de asistir por (aquí puede variar) 3 meses consecutivos, el doctor deja de ser responsable por el tratamiento, y si desea seguir siendo nuestro paciente, su presupuesto se vera afectado y se revalorara su tratamiento. El paciente sabe que no debe de faltar a sus citas y las consecuencias que en su salud y economía pueden acarrear si decide hacerlo.

De todo corazón deseo que ningún paciente se les pierda, pero en el mundo de la ortodoncia, respecto a los “pacientes perdidos” solo hay dos tipos de ortodoncistas: Aquellos que ya tienen pacientes perdidos y aquellos que próximanente los tendrán.

La imagen que acompaña la nota, no tiene nada que ver con la misma salvo que se llama “Los muchachos perdidos” (the lost boys), y me vino a la mente cuando comencé a escribir sobre los pacientes perdidos.