Y luego nos quejamos de que a los odontólogos (y especialistas) no nos respetan en el área de la salud. El día de ayer escribíamos sobre unos errores que cometemos los ortodoncistas al criticar un caso que no es nuestro, y eso es solo la punta del iceberg. Hoy analizamos otra tradición aun más interesante. Érase que se era, que los ortodoncistas de la comarca nos dibujamos nuestras propias barreras y limitantes aunque estas no existan.
Los ortodoncistas tenemos un serio problema, el cual parece ser que o no nos gusta reconocerlo, o (peor) lo ignoramos. Con eso de que nos la damos de “harto artistas pasionales” hemos perdido el piso. Y esto viene desde la educación de posgrado. Los ortodoncistas creemos que solo podemos aprender si es que vemos dientes. (WTF)
Es algo curioso y a la vez raro. Los ortodoncistas nos quejamos incluso de aquellas pláticas o conferencias donde no “nos presentan casos” y nos presentan “datos e información”, es más que clásico escuchar decir a nuestros colegas, cosas como “esa plática era mucha ciencia”, “esos datos no me sirven”, “me aburre no ver dientes” , y mis favoritas “yo vine a ver dientes” y “yo soy visual”.
Y esto lo sabe todo mundo, no hemos comprendido lo que significa aprender, debemos de tirar a la basura nuestro desatinado concepto de que para aprender necesitamos ver dientes. Este es más que un (desatinado, como ya dije) concepto, es una arraigada tradición, la cual puede ser parte del mismo cáncer que afecta la ortodoncia.
Esto es más chistoso aún, respiren, con los aires de divos clínicos que nos damos, creemos que solo podemos aprender si vemos como lo hacen y sobre todo si eso nos lo enseñan con dientes y fotos y animaciones. Regresamos a la clásica frase de “mi trinchera es la clínica no una biblioteca”, cuando aprender a leer y analizar ciencia te ayuda a que en tu “trinchera” aprendas que balas disparar en lugar de aventar avioncitos de papel.
Como profesionales de la salud que nos jactamos ser, debemos aceptar algo, en algunas ocasiones tendremos que ver dientes (ya sea en dibujitos, fotos, o animaciones por computadora) y en otras ocasiones simplemente no. Si no puedes con eso, créeme, te equivocaste de profesión, ve y pide un reembolso por tu dinero al posgrado donde estudiaste.
Aprender es un proceso que debemos de tomar más en serio, no solo tenemos que ir a un evento de actualización continua para tomarnos fotos, o presumir en las redes sociales los hashtags de #cienciavenami, #luchonasxlaciencia #actualizándome #pormispacientes. Al ir a actualizarnos debemos estar comprometidos con la realidad, la realidad de que la ortodoncia cada día evoluciona más como ciencia y va dejando esos aires “pseudocientíficos” de arte.
La mayoría de los conferencistas en el circuito lo saben más que bien, “tu dales dientes a los asistentes y ellos felices”, vaya así de ridículo. Los ortodoncistas lo pedimos a gritos en los eventos “no nos aburran con datos queremos ver dientes”, es aquí donde agradezco que no somos proctólogos.
Personalmente yo apuesto por que el ortodoncista si puede aprender sin tener que ver dientes, no se supone que tenemos título de licenciatura, especialidad y/o maestría, y ¿todavía quieres aprender solo con imágenes para colorear?. Yo apuesto a que el ortodoncista reconoce sus fallas, y sabemos que nos hace falta leer más ciencia y aprender a analizarla más que memorizarla. Debemos aprender a tener un balance, un balance en el que podemos ver dientes y podemos ver datos sin tener que morir de aburrimiento.