Continuamos con nuestro serial “Diseño de presentaciones para Ortodoncistas”. Nuestro primer episodio fue acerca de diferenciar entre una presentación y un documento, nuestro segundo episodio enlisto clásicos errores en nuestras presentaciones. En nuestro tercer episodio hablaremos sobre “nuestras clásicas costumbres” en las presentaciones de ortodoncia, las cuales pueden no ser “errores” pero creo que ya es tiempo de ir dejando algunas atrás.
Los ortodoncistas aprendemos a realizar presentaciones de dos maneras, como alumnos en posgrado influenciados por nuestros profesores, y como asistentes a eventos científicos influenciados por los oradores en el circuito de conferencistas en ortodoncia. Existen, por supuesto, otras influencias, sin embargo esas dos son las más arraigadas en nuestra especialidad.
Las costumbres que nos han heredado y que hemos vuelto dogmas en las presentaciones son las siguientes:
Presentar de donde somos: Esto es una alta tradición, antes de hablar de nuestro tema, usualmente mostramos al publico de donde venimos, si bien esto era novedoso en la era pre-Google, el día de hoy no te preocupes tanto por mostrar gran cantidad de fotos de tu ciudad, cualquier interesado buscara más sobre ella muy fácil.
Presentar fotografías nuestras con grandes ortodoncistas: Y aquí es donde dejamos de vernos científicos para vernos dignos de un culto. Creo que muchas veces usamos este elemento para demostrarles al publico que fuimos “alumnos” del “creador” del “sistema” y eso nos da “autoridad” para “hablar del tema”. Una foto con un ortodoncista no es justificación de nada, punto.
Escribir la bibliografía con un tamaño digno de nuestros camaradas liliputienses: Y aquí es donde la presentación se vuelve un examen digno de un consultorio de oftalmología “tápese el ojo derecho y dígame si puede leer el ultimo renglón de la diapositiva”. Para incluir la bibliografía en nuestras presentaciones, es mejor hacerlo con un tamaño de fuente grande y de fácil lectura para la última fila en el salón donde nos encontremos.
Tener estas costumbres no te hace mal presentador en ortodoncia, simplemente a veces es bueno dejar ciertas tradiciones atrás.