How-to: Aprendiendo a comparar lo que aprendemos en un congreso con lo que dicen las evidencias

oradorPor mucho la manera más tradicional, clásica y aceptada por asociaciones, academias y colegios para mantenerse uno actualizado (y jactarse de ello) es ir a eventos en los cuales se nos “actualiza” con cierta información.  Sin embargo debemos dejar varios detalles claros al respecto, principalmente si deseamos empezar a caminar por el camino de la evidencia.  En la ortodoncia, el juego ha sido tradicional desde hace muchos años: nosotros vamos a actualizarnos a eventos de asociaciones, academias y colegios, los cuales tienen una parte científica, sin embargo debemos recordar que gran parte de los oradores en el circuito de conferencistas en ortodoncia, son patrocinados por casas comerciales.  Las empresas nos “actualizan” presentándonos lo que ellos creen nos deben de presentar para que nosotros optemos por sus productos y/o servicios (léase sus intereses).

Entonces: ¿es malo ir a esos eventos?. No, no lo es. Sin embargo debemos de aprender a “filtrar la información“, no podemos tragarnos todos como si nunca hubiéramos estudiado, y de la misma manera no podemos negar todo. A lo que me refiero con filtrar la información no es más que tomarte tu tiempo para escuchar al conferencista, tomar apuntes y ya en el hotel,  en el camino a casa, o ya en ella, comparar lo que se nos dijo, con lo publicado con evidencias (revisiones sistemáticas, meta-análisis, etc). Y quedarnos solo con lo mejor, no con todo, pero si con aquello que tenga más sustento científico y validez clínica.  Y aquellas ideas o aseveraciones las cuales se nos presentaron sin verdadera evidencia, dejarlas en el tintero, investigar más sobre ellas o esperar resultados de investigaciones serias más independientes y lejos de los intereses económicos de las empresas.

¿Es difícil hacer esto? Al principio te costará un poco, principalmente cuando las evidencias científicas no favorezcan a tu orador favorito, pero esa es la diferencia entre ciencia y gustos, esa es la diferencia entre científicos clínicos y “groupies”. Podrán gustarnos muchas cosas, pero sin sustento científico, no son tan validas clínicamente, nos guste o no.

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