Tiempos muy difíciles nos han tocado respecto a nuestra amada Ortodoncia, vivimos en una época donde la doble agenda (entiéndase doble moral) ha corrompido nuestra profesión. Siendo que cada día la evidencia toma más camino y fuerza en la ortodoncia, parece ser que la misma ha caído en la oscuridad. Hambrientos de consumir más y más información, más técnicas, más conocimiento, me pregunto si analizamos lo que consumimos o solo lo tragamos como zombies hambrientos.
¿Hemos dejado a la Ortodoncia caer en la oscuridad?
Parece ser que aun en tiempo de evidencia, deseamos en el fondo que llegue un “Ortodoncista-Mesías” que venga a enseñarnos el buen camino, alguien carismático con corbata un libro sobre su técnica y un bracket que vendernos y nos siga “Bola de babosos este es el camino que deben de seguir para dejar una sonrisa como las que hago yo, lo único que deben de hacer es comprar mi libro, ir a mis cursos, comprar mis brackets y mis arcos…. y solo así serán como yo”.
¿Qué paso con todos nuestros años estudiando?
Pues al “Ortodoncista-Mesías” le valen muy poco, para el solo eres bueno si haces lo que dice, como el lo dice, y por que el lo dice. Y de alguna manera se hacen de un sequito de fans zombies que hablan y repiten las tarugadas que el les dice, y pobre de ti si las cuestionas. Se supone estudiamos un mínimo de dos años de postgrado para poder graduarnos de ortodoncistas, pero nos sentimos tan inseguros que necesitamos un santo a quien encomendarnos, alguien a quien decirle “aquí le traigo unos modelos de un paciente… ayúdeme por favor”. Vaya ¿que hicimos esos dos años estudiando entonces?.
¿Entendemos la evidencia que consumimos?
El asunto con la evidencia no es aceptarla como un dogma, el asunto de la evidencia es cuestionarla, entenderla, literalmente romperla como si fuera un rompecabezas y volverlo a armar. No toda la evidencia es realmente buena, no todos los artículos científicos representan un plus al ortodoncista, llegan a ser publicadas demasidas tonterias que simplemente por complacer a editores y profesores terminan por usarse en algun journal. De que existen mafias en la ciencia, existen, no podemos tapar el sol con un dedo. La evidencia esta hecha para ser cuestionada, hay que usarla para nuestro provecho, el bien de nuestros pacientes y el bien de nuestra práctica privada.
¿Cual es la oscuridad en la que ha caído la ortodoncia?
Es la ignorancia, la intolerancia, el fanatismo, es una zona de comfort donde dejamos que los demás decidan que debemos hacer nosotros como ortodoncistas, que otros decidan que debo de hacer con mis pacientes. La oscuridad es esa necesidad de tener un “Ortodoncista-Mesías” a quien seguir. En pocas palabras la oscuridad son nuestros temores y nuestras inseguridades. La oscuridad es la falta de pensamiento científico.
¿Existe una luz en el camino de la ortodoncia?
Si, si existe y así como nuestros temores, la luz reside dentro de nosotros. En el conocimiento que nos han heredado nuestros profesores, nuestros colegas, en el conocimiento que nos dejan los libros y journals después de leerlos y analizarlos. Podemos aprender mucho de las técnicas y sistemas pero jamas debemos poner a sus autores como unos entes todos poderosos incapaces de cometer errores. La luz también reside en nuestros errores y en el aprendizaje que nos dejan. La luz es esa pequeña vela en la oscuridad que representa el pensamiento analítico. Pensamiento que nuestros profesores nos enseñan.
¿Qué podemos hacer para mantener esa luz?
No tragarnos todo como si fuéramos zombies, hay que analizar y cuestionar. Hay que esparcir el conocimiento y las experiencias, si mejores generaciones de ortodoncistas producimos, mejor competencia tendremos, al tener mejor competencia el paciente tiene más opciones. Yo, por mi parte trato de avanzar y de aprender de mis errores, y en mis tiempos libres trato de expresar mis opiniones y compartir información de ortodoncia… escribo Orthohacker.
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