A los odontólogos (generales y especialistas) nos encanta llamarnos “artistas”, “artesanos”, “ingenieros”, “diseñadores”, “restauradores”, “emprendedores”… más bien creo que en lugar de parecernos a todos ellos, somos más parecidos a la “mafia”, si tal cual. Recientemente un lector me sugirió tocar un tema que aunque tengo años diciendo que lo escribiría, por una u otra razón, se quedaba en el tintero, “pagar por recomendaciones”.
El asunto es así, en pocas palabras, existen dentistas y especialistas los cuales dicen “si quieres que te recomiende, debes de darme dinero, un porcentaje por paciente”, unos piden otros dan, “mire colega si usted me recomienda yo le doy dinero, un porcentaje de lo que me pague el paciente”. En pocas palabras algo así como “recomendación prostituida” ó “trata de pacientes odontológicos”. Y además nos encanta pintarla y enmascararla, “no colega no crea que es algo malo, se llama mercadotecnia, se llama ser emprendedores”, y no encanta echarle la culpa a la economía y a la situación “colega la situación esta bien difícil, no lo hago por dinero, lo hago por mis pacientes”, “lo hago para que las nuevas generaciones tengan trabajo y se den a conocer”.
En fin, no existe nada más patético. Creo que al hacer eso, lo que hacemos ademas de prostituir las recomendaciones, le hacemos daño al paciente. Originalmente las recomendaciones funcionaban así “yo recomiendo a profesionales con los que me siento cómodo por que se que dan un buen servicio a los paciente, son buenos clínicos y son buenos odontólogos”, en pocas palabras recomendamos a profesionales que pueden resolver el problema del paciente, un problema que nosotros no. Ahora con este vicio, es algo parecido a “recomiendo a quien me pague o me deje un beneficio económico, el paciente que se friegue”.
Las recomendaciones, son un gran apoyo entre odontólogos, sin embargo es un apoyo que se gana por el trabajo y los resultados que uno da a los pacientes, no por pagar, no por sobornar, no por arreglos debajo de la mesa. Entiendo que para muchos odontólogos y especialistas recibe graduados, entrar al ámbito laboral es difícil, sin embargo les digo, siempre ha sido difícil, no caigan en malas prácticas, no se dejen llevar por la salida fácil.
Mis recomendaciones, las doy de la siguiente manera, tengo un listado de odontólogos y especialistas los cuales he visto sus trabajos, mis pacientes que han ido con ellos terminan muy felices, la mayoría de ellos son dentistas que a mi me recomiendan, y dependiendo el caso, la cercanía al paciente, el tipo de paciente, se que puedo tomar un nombre de esa (pequeña) lista y dárselo a cualquiera de mis pacientes, con la plena seguridad de que le harán un buen trabajo, y con la seguridad de que mi paciente terminara feliz.
En algunos comentarios que genero ayer el “preview” de esta nota, alguien menciono que era la teoría de “ganar-ganar”. Y creo que de nuevo olvidamos al verdadero protagonista de todo esto, al paciente, una recomendación no es “ganar-ganar”, es “ganar-ganar-ganar”, somos 3 los implicados: aquel que recomienda, el recomendado y el paciente. El asunto es que los 3 ganemos, el que recomienda probablemente no gana de manera directa, no gana dinero, pero gana la confianza de un paciente, el cual regresara con nosotros por que sabe que nunca lo pondremos en manos no calificadas.
Lo sostengo, como gremio, los odontólogos cada día nos parecemos más a la mafia, mucho cuidado, con nuestra manera de “emprender” y nuestra manera de “recomendar”. Se que muchos dirán “pues esa es tu opinión, pero yo si lo hago y gano dinero, y me debes de respetar”…. no enserio, no creo que pueda respetarte. Nuestros pacientes son nuestra primera prioridad, mucho cuidado en prostituir nuestras recomendaciones.
Dr. Manuel Mardones dice
Excelente nota Dr. Dejeme felicitarle por la gran dedicacion a sus numerosos articulos entrgados de forma altruista. Un abrazo de Chile.
Dr. Carlos Hanna dice
Muy buen artículo dr. Tienes toda la razón, imaginate cómo te sentirías si vas con un un doctor general y te recomienda con un neurocirujano que hizo un diplomado y le pasa una comisión porque le manda pacientes, que opinarán esos dentistas si estuvieran del otro lado del escritorio