Si deseas mejorar tu estilo de hacer presentaciones, entiende muy bien una cosa: las presentaciones no son un documento. Y por documento me refiero a hojas y hojas llenas de letras y letras y letras. No, una presentación dista mucho de eso. El protagonista en una presentación es el orador, no la presentación per se. La atención debe estar en el presentador, no en sus diapositivas, si bien las cuales ejemplifican su argumento, son solo un auxiliar visual.
El primer horror que cometemos los ortodoncistas es creer que una presentación es un documento. Y esta tradición la traemos desde nuestro años de estudiantes (licenciatura y posgrado). Al no saber diseñar la presentación y no dominar el tema, hacemos de nuestra presentación un documento el cual nos pondremos a leer frente a todos, y la presentación se muta a una clase de lectura y redacción. Y lo peor es que las casas comerciales buscan en algunos profesores de posgrado a varios de sus conferencistas, los cuales traen esta tipo de presentación (documento) tatuado en sus corazones, así que podemos ver este tipo de presentación (documento) en muchos eventos científicos.
Un error que cometemos en nuestros años de estudiantes, es hacer las presentaciones una noche antes de dar la clase, puedo contarles infinitas historias de profesores los cuales sufren al ver y escuchar las presentaciones de los alumnos.
¿Quieres cambiar tu estilo de presentación? Primer paso, entiende que una presentación no es un documento. Nuestra serie de “diseño de presentaciones” apenas comienza.