Nuestra empresa son nuestros consultorios privados de ortodoncia, los cuales se encargan de darnos dinero para el pan de cada día y para saldar nuestras deudas. Sin embargo si no ponemos atención y actuamos rápido, nuestro consultorio se puede llenar de enemigos que se encarguen de que nuestra empresa se caiga en pedazos. Entre ellos tenemos a:
Pacientes que no pagan sus consultas: Esto es clásico, al menos en México, los pacientes llegan, esperan su turno en la sala de espera, pasan y son atendidos y al salir dicen: fíjese que no traigo para pagar, paso al rato. La falta de dinero por el cual se trabajó puede llevar muy fácilmente a tu empresa a la quiebra económica.
Pacientes que no llegan temprano a sus citas: Usualmente los pacientes siempre llegan a tiempo, sin embargo existen algunos desconsiderados los cuales llegan tarde, provocando un caos en la agenda de ese día, principalmente si teníamos más pacientes los cuales si llegaron a su cita a tiempo. El stress que se genera en el consultorio puede llegar a ser tan grande que desgasta mucho al ortodoncista y a su equipo de trabajo.
Gente que opina sobre los tratamientos los cuales aún no se han terminado: Existen muchas personas a las cuales les encanta opinar sobre cosas que no saben, es normal que muchos pacientes te lleguen diciendo: mi tío me dijo que el tratamiento esta todo mal y que no sirve. Cuando apenas llevamos 5 meses de tratamiento o estamos cerrando espacios y nos falta muchos por terminar, preguntamos si el tío es ortodoncista y dicen no, no es ortodoncista mi tío es plomero.
Dentistas que opinan sobre nuestros tratamientos los cuales aún no se han terminado: Si es incómodo estar explicando a nuestros pacientes que sus amigos o familiares no tienen idea de lo que estamos haciendo,explicarle lo mismo al paciente pero sobre su dentista o familiar dentista es más incómodo. Puede que el dentista tenga una ligera idea de que estamos haciendo, pero probablemente no este familiarizado con las mecánicas de tratamiento.
Hablar mal de otro ortodoncista y/o dentistas con otra especialidad y generales: No podemos seguir heredando esa mala costumbre de muchos ortodoncistas de hablar mal de otros colegas, esa actitud nos resta profesionalismo, y los pacientes abusan de esas actitudes por parte nuestra. Evítala a toda costa.
No todos los enemigos son ajenos a nosotros, como ven el último punto es muy nuestro, así que evita que estos enemigos hagan de tu práctica privada una empresa destinada al fracaso. Reconócelos y evítalos a toda costa.
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